sábado, 30 de mayo de 2015

Héctor Scotta "El gringo de disparo terrorífico"

Uno de los futbolistas que más duro le ha pegado al cuero en la historia del balompié. Procedente de una familia muy futbolera al jugar su padre en Colón de San Justo y su hermano Néstor en River Plate o Racing , desarrolló su carrera entre Argentina, Brasil y España. Nacido el 27 de septiembre de 1950 en San Justo, una ciudad de la provincia de Santa Fe (Argentina), se desempeñaba como delantero. A su chut demoledor hay que añadir otras virtudes como la astucia, la perseverancia, el olfato goleador y su eficacia rematadora con las que se convirtió en un artillero difícil de detener para las zagas rivales. En su país se le conoció con el apodo de El Gringo.

Con la camiseta del Sevilla F.C.
Sus inicios tuvieron lugar en Unión de Santa Fe, debutando en la Primera División de su país con apenas 20 años recién cumplidos. En el club azulgrana sólo se mantuvo una campaña en la que logra 9 dianas en 23 encuentros. San Lorenzo le había echado el ojo y le contrató para que se pusiese a las órdenes del técnico Rogelio Domínguez.
Al principio jugaba en el mediocampo pero el exportero del Real Madrid le sitúo en la posición donde destacaría, puntero derecho. Sus primeros meses no fueron fáciles y no era un fijo de las alineaciones en un plantel con grandes alternativas. Sin embargo la llegada del Toto Lorenzo en 1972 al banquillo cuervo le otorgó la confianza necesitada y los goles comenzaron a producirse. Vivía un enorme momento hasta que se lesionó. Fractura de tibia en una pierna y no había garantías de que pudiese volver a jugar. Mientras tanto San Lorenzo se hizo con los triunfos en el Metropolitano y el Nacional al superar a Racing y River Plate respectivamente.
Scotta trabajó mucho durante meses y finalmente regresó a la práctica activa del balompié. Retornó con más moral y fuerza y eso se notó en el césped. En el año 1974 fue uno de los hombres clave junto a Olguín, Oscar Ortiz, Rubén Glaría o Victorio Cocco para que San Lorenzo de nuevo volviese a conquistar el Torneo Nacional. Pero fue en 1975 cuando explotó deportivamente hablando. La temporada a nivel general de los azulgrana fue mediocre al figurar en mitad de la tabla pero El Gringo se proclamó mejor artillero del Nacional con 28 dianas y del Metropolitano con 32. En total 60 tantos que le auparon al primer puesto de goleadores en su país, en Sudamérica y en el mundo aquel curso. Además fue premiado con la Olimpia de Plata e inmediatamente después abandonó San Lorenzo con destino Gremio de Porto Alegre tras alcanzar unas cifras con la zamarra del Ciclón de 140 goles en 226 partidos.
En la entidad tricolor tuvo como compañeros de vestuario a Agustín Cejas, Beto Fuscão, Neca o Zequinha pero no acabó de adaptarse. Mostró su idilio con el gol y en su palmarés se incluye el Campeonato Gaucho pero en el verano de 1976 el Sevilla de  se interesó por sus servicios para cubrir la baja de Biri-Biri y junto a otro argentino de nombre Brizzola lo contrató tras desembolsar 25 millones de pesetas.
Rápidamente se hizo con un puesto en el once de Carriega y en la temporada de su estreno fue el máximo goleador liguero de los hispalenses con 12 tantos. En su debut en el Sánchez Pizjuán falló un penalti pero la semana siguiente nadie recordaba ese error al marcar el tanto del triunfo en el derbi ante el Real Betis. Una de sus especialidades eran los tiros libres con los que se hace muy popular en la Liga española. Jugadores como Asensi del F.C. Barcelona o José Ángel Rojo del Racing de Santander lo sufren en sus carnes al recibir pelotazos del argentino que los dejan sin sentido. Y la grada para regocijo anunciaba sus disparos con un “Sssihs, sssihs, que viene, que viene”.
En el mercado estival de 1977 el gambiano Biri-Biri se enfunda de nuevo la elástica sevillista y ambos comparten espacio en el terreno de juego. El Sevilla de los Pablo Blanco, Gallego o Montero lucha por los puestos de la Copa de la UEFA pero finalmente se queda a cinco puntos de lograrlo. Scotta brilla en el aspecto goleador y supera sus registros del año anterior al alcanzar los 16 tantos ligueros. 
La campaña venidera sin embargo su producción baja hasta las 9 dianas y el equipo se conforma con un undécimo lugar en la competición doméstica. Es un curso en el que recibe con los brazos abiertos a su compatriota Bertoni, un delantero de gran potencia y habilidad. La trayectoria de El Gringo en la entidad andaluza termina la temporada siguiente de 1979-1980. Scotta iguala las 16 dianas de hace dos cursos y empata a goles con Bertoni, aunque cuatro de ellas las consigue en una memorable jornada dos ante el Burgos en el coliseo sevillano. Pero su final no deja muy buen sabor de boca al realizar un corte de mangas a su afición que le cuesta un partido de sanción y al marcharse sin permiso de un entrenamiento tras insultar al técnico Carriega.
Es traspasado a Ferro Carril Oeste por 13 millones permaneciendo el curso de 1980 y luego vuelve a San Lorenzo en una segunda etapa. Este período es efímero y en 1982 es Boca quien llama a su puerta. Con el cuadro xeneize encara el Metropolitano y la Copa Libertadores y en su primer partido marca a los 41 segundos en el empate frente a Rosario Central. Unos días después tiene el mismo éxito en La Bombonera ante Estudiantes pero ahí acabó su racha. Negado ante el gol fue relegado al banquillo y su ciclo en Boca concluyó unos meses después.
Los siguientes años Scotta no encuentra la estabilidad y se convierte en un trotamundos. Juega en Deportivo Armenio en el consigue unas grandes cifras goleadores y en 1985 viste la camiseta de All Boys, donde coincide por ejemplo con Nésto Fabbri u Horacio Insaurralde. En 1986 acepta una oferta de Nueva Chicago y aquel curso sale casi a una media de un gol por choque, llegando a completar unas cifras de 18 partidos y 14 dianas. También tiene experiencias en Club El Porvenir, Estudiantes de Buenos Aires, Villa Dálmine y San Miguel en Primera B hasta que cuelga las botas en 1988 con 38 años.

San Lorenzo 1974
Sevilla 1978-1979















All Boys 1985
Boca Juniors 1982




Con la Selección argentina únicamente disputó siete encuentros en los que logró cinco dianas, debido a la gran competencia existente en su demarcación en aquella época. Debutó en la Copa Atlántico de 1976 en la que jugó cinco de los seis partidos que tuvo en su calendario la albiceleste. En la primera jornada el 26 de febrero en Asunción brilló en su estreno al lograr un hat-trick en el triunfo ante Paraguay por 2-3. A continuación fue de la partida en el choque frente a Brasil en el Monumental donde la verde-amarela ganó por 1-2 y en la tercera jornada volvió a marcar, en esta ocasión un tanto en la victoria contra Uruguay, en un duelo que también sirvió como encuentro de ida de la Copa Lipton y la Copa Newton. 
A finales de abril Paraguay les devolvió la visita y sacó un punto del estadio José Amalfitani en una noche en la que El Gringo compartió selección con Kempes, Houseman, Bochini o Ardiles. Posteriormente no estuvo en el once de Menotti en Maracaná pero sí tuvo minutos en la segunda mitad ante La Celeste en Montevideo, donde Argentina se impuso por 0-3 y confirmó su segunda posición en la clasificación final del torneo. Ese día 9 de junio de 1976 supuso su despedida para siempre del combinado albiceleste.
Además en medio de la disputa de la Copa Atlántico el delantero santafesino participó en dos duelos amistosos. Argentina hizo una gira por Europa del Este y primero doblegó a la Polonia de Gorski con una diana de Scotta y en segundo lugar cayó frente a Hungría en el Népstadion de Budapest.

En su vida posterior al fútbol ha sido colaborador de Antonio Labonia en la Dirección de Deportes de Malvinas Argentina, donde ha ayudado a chicos jóvenes a salir de la calle y dejar las drogas.

En el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla en una zona del Gol Norte existe la Curva Scotta en su honor.

sábado, 23 de mayo de 2015

Aleksandar Tirnanić "Tirke, el genio precoz"

Niño prodigio del fútbol balcánico a finales de los años 20, es una de las grandes leyendas del BSK de Belgrado (actual OFK), donde forjó una estrecha amistad con la estrella de la época Blagoje Marjanovic. Con la selección 'plavi' fue internacional durante más de una década y años más tarde la dirigió en varios torneos de prestigio. Nacido el 15 de julio de 1910 en Krnjevo (Reino de Serbia) se desempeñaba como extremo diestro. Futbolista rápido, driblador, muy elegante en sus movimientos y con gran técnica, poseía además un olfato de gol innato. Se le conoció con el apelativo de Tirke.

Huérfano de padre al fallecer cuando tenía cuatro años en el inicio de la I Guerra Mundial, se trasladó con el resto de su familia a Belgrado y allí empezó a dar las primeras patadas a un esférico. Sus inicios tuvieron lugar en el SK Olimpia aunque pronto se marchó al SK Jugoslavija juvenil, donde un ojeador de nombre Radenko Mitrovic se fijó en él.
Poco tiempo después fichó por el BSK donde pasaría la mayor parte de su vida deportiva. En su llegada al conjunto capitalino hizo grandes migas con Mosa Marjanovic, que le adoptaría como su discípulo y con el que sobre el terreno de juego formaría una excepcional pareja llamada la Banda Derecha 'plavi'. Por entonces en su país los grandes dominadores eran el Građanski Zagreb con tres entorchados o el Hajduk Split con dos, pero con su aportación, la de Mosa o la de Vujadinović y Arsenijević llegaron los títulos en la década de los 30.
La primera Liga tuvo lugar en 1931, cuando superaron al Concordia Zagreb y el Građanski Zagreb. La segunda se produjo en 1933, después de una bonita pugna con el Hajduk. En ese curso sumaron 31 puntos y aventajaron en tres a los de Split y en ocho al SK Jugoslavija. El año venidero Tirke añadió a su palmarés una Copa y entre 1935 y 1936 cosecharon dos títulos de Liga consecutivos. En 1935 mediante el típico formato con el SK Jugoslavija en segunda posición y en 1936 en un sistema de eliminatorias en el que derrotaron de forma consecutiva al Radnički Kragujevac y Ilirija Ljubljana, para posteriormente doblegar en la final al Slavija Sarajevo por un global de 2-1.
Todo indicaba que el extremo se quedaría muchos años en el conjunto blanquiazul pero en 1937 un arranque de despecho le llevó a tomar la decisión de abandonar la entidad, tras vestir la camiseta del BSK en más de 500 ocasiones y marcar un total 326 tantos.  Firmó por el BASK en que sólo permanecería la temporada 1938-1939 y a continuación se marchó a jugar al SK Jedinstvo. Dos años estuvo en este equipo belgradense y para finalizar su carrera eligió el Sloga también de la capital, donde disputó varios encuentros en el año 1942.


Yugoslavia 1933
Yugoslavia 1930




Con la selección de Yugoslavia fue internacional en 50 ocasiones marcando un total de 12 goles. Hizo su estreno en un partido de la Copa de los Balcanes frente a Rumania el 6 de octubre de 1929. En aquel choque celebrado en Bucarest los locales se impusieron al cuadro 'plavi' por 2-1 y empezaron con victoria el torneo. Tirnanić también jugó contra Grecia en esta competición donde volvieron a caer por 2-1 y en abril de 1930 consiguió su primera diana con el equipo nacional en un amistoso ante Bulgaria en Belgrado a la que derrotaron por 6-1.
Invitados al primer Mundial que se disputó en Uruguay Tirke fue incluido en la lista del seleccionador Boško Simonović. Junto a él estaban otras estrellas yugoslavas como Milutin Ivković,  Milorad Arsenijević, Blagoje Marjanovic o Ivan Bek. El sorteo en el grupo inicial les deparó como rival Brasil y Bolivia. Todo el mundo daba como favoritos a los brasileños pero el cuadro balcánico dio la sorpresa y les doblegó por 2-1 en la primera jornada. Tirnanić puso en ventaja a Yugoslavia a los 20 minutos (esa diana le hizo ser por unos días el goleador más joven de la Copa del Mundo) y poco después Bek aumentó el tanteo. Por Brasil marcó Preguinho en la segunda parte pero fue un tanto inútil. En el siguiente duelo los 'plavi' se deshicieron con facilidad de Bolivia por cuatro goles de diferencia y pasaron como primeros. En semis y con el papel cumplido de sobra Uruguay fue un hueso demasiado duro. Aún así Yugoslavia empezó fuerte y se adelantó en el marcador. Sin embargo la máquina charrúa de los Cea, Scarone, Andrade o Nasazzi les apabulló por 6-1.
Antes de regresar a Europa viajaron a Buenos Aires para celebrar un amistoso contra la albiceleste que perdieron y ya en el viejo continente continuaron con su participacion en la Copa de los Balcanes. Con Tirnanić en el once se impusieron de forma consecutiva a Bulgaria en Sofía y Grecia y de nuevo los búlgaros en la capital del país. Con estos resultados el siguiente duelo ante Rumania se antojó clave para dilucidar al vencedor del torneo. Los rumanos que también estuvieron en el Mundial no dejaron tiempo a la duda y en Belgrado asaltaron el fortín capitalino con un triunfo por 2-4 y se llevaron el título.
La siguiente edición de la Copa de los Balcanes también tuvo lugar en 1931 aunque esta vez sólo con tres selecciones, la yugoslava, la turca y la búlgara. El papel 'plavi' en esta ocasión no fue tan bueno y tras caer en los dos partidos quedó última pese a que Tirke fue el segundo máximo realizador. Posteriormente los pupilos de Simonović viajaron por Europa jugando varios encuentros amistosos. Se trasladaron a Polonia, España y Portugal para verse las caras con sus respectivos equipos nacionales pero en ninguno de ellos lograron obtener un triunfo.
En 1932 y 1933 se disputaron la tercera y la cuarta edición de la Copa de los Balcanes. Yugoslavia con el refuerzo de hombres como Valjarević, Ivan Gajer, Glišović o Gustav Lehner estuvo en la pelea hasta el final pero tuvo que hincar la rodilla ante Bulgaria y Rumania respectivamente. Sin embargo en 1934 conquistó el trofeo por primera ocasión. Con un Tirnanić muy eficaz que fue el mejor artillero con tres tantos, Yugoslavia alzó el trofeo tras superar a Bulgaria y Rumania y perder con Grecia. La victoria hizo olvidar en cierta forma la decepción por no clasificarse al Mundial de Italia. Suiza sacó un empate in extremis en Belgrado y en la segunda fecha de la calificación ya sin Tirke los rumanos les apartaron del sueño transalpino.
El extremo del BSK fue llamado para varios amistosos entre 1936 y 1937 donde marcaría sus últimos tantos con el cuadro azul. Hizo uno en la visita a Turquía en julio de 1936 y otro en la aplastante victoria contra Polonia en Belgrado que tuvo un tanteo de 9-3. Los meses posteriores no logró anotar ningún gol más aunque Yugoslavia sacó resultados positivos ante húngaros, belgas, turcos o rumanos. Tirnanić se retiró de la selección en 1940, en plena II Guerra Mundial en una confrontación contra Rumania en Bucarest correspondiente a la Copa Danube.

Yugoslavia en los JJOO 1952
Después de retirarse de la práctica en activo tuvo varias experiencias como técnico en el equipo nacional. Entre 1946 y 1948 formó parte del Comité Técnico que dirigía a Yugoslavia. Él concretamente se incorporó para un encuentro contra Checoslovaquia en Praga y el primer gran triunfo de su palmarés tuvo lugar con la plata de los Juegos Olímpicos de Londres. Su segunda etapa comenzó en 1952 y durante dos años se repitió la fórmula de finales de la década anterior, consiguiendo de nuevo el segundo puesto en los JJOO de Helsinki. 
Sin embargo en 1955 tomó las riendas en solitario y así se mantuvo hasta 1958. En ese tiempo se alcanzaron brillantes triunfos como el obtenido ante Italia en Turín en la Copa Dr.Gero o en amistosos contra Alemania Occidental, vigente campeona del mundo, de nuevo Italia en Zagreb o Inglaterra en el estadio JNA de Belgrado a la que derrotaron por 5-0 en mayo de 1958. Meses antes Tirke clasificó al equipo para la Copa del Mundo de Suecia tras ser muy superior a sus dos adversarios de grupo, Rumania y Grecia. Para el Mundial incluyó en su lista de convocados a Beara, Zebec, Milutinović o Šekularac pero en cuartos tuvieron que hacer las maletas. Su primera fase fue buena al quedar invicto en un grupo con Escocia, Paraguay y Francia pero los dos empates cosechados les impidieron ser líderes. En cuartos los teutones a quienes habían ganado en el amistoso de 1955 se tomaron la revancha y con un gol de Rahn les apearon de la competición.
Tras la Copa del Mundo Tirnanić se sentó en el banco en un par de partidos amistosos pero iniciado el año 1959 un nuevo Comité que también contó con su colaboración se hizo con el control de la situación. Allí estuvo hasta 1960, tiempo en el que junto a Ljubomir Lovrić y Dragomir Nikolić se colgaron el oro en los Juegos Olímpicos de Roma y fueron subcampeones de la primera Eurocopa de Naciones.
Su tercer y último periodo al frente del equipo nacional fue en otro Comité Técnico que estuvo en el cargo entre 1965 y 1966. El punto final de este ciclo llegó tras no conseguir un billete para el Mundial de Inglaterra después de ser superada por Francia en el grupo 3 de clasificación.

Falleció el 13 de diciembre de 1992 a los 82 años de edad en Belgrado.

martes, 19 de mayo de 2015

La muerte de Eduardo Teus en San Mamés

Eduardo Teus está considerado como uno de los hombres más importantes de la historia del fútbol español en la primera mitad del siglo XX.  Nacido en Manila (Filipinas) en 1896, regresó a España poco después aunque en la adolescencia se marchó a estudiar a Inglaterra. Allí empezó a jugar al fútbol hasta que con 17 años en 1913 entra a formar parte de las categorías inferiores del Madrid F.C.

Podía jugar como medio o delantero pero finalmente decidió seguir su trayectoria deportiva como guardameta. Valiente, osado y vigoroso, era un arquero espigado al que le gustaba salir del área grande para interceptar los ataques del rival. Llegó al primer equipo en 1916 y se mantuvo un total de tres campañas. Sufrió algunas lesiones y golpes de importancia debido a su arrojo pero eso no le apartó de la titularidad cuando estaba sano. Compartió equipo con históricos jugadores blancos como Santiago Bernabéu, los hermanos René y Juan Petit, Alberto Machimbarrena, Eulogio Aranguren o su cuñado Juan Erice y conquistó tres Campeonatos Regionales y una Copa.

Real Madrid en 1917 con Teus como guardameta
 
En la temporada de su debut el Madrid F.C. accedió a la final de Copa tras una durísima semifinal frente al F.C. Barcelona. Tuvieron que celebrarse cuatro partidos para dilucidar al ganador de una eliminatoria rodeada de polémica. Los blaugranas vencieron en el primero y el Madrid F.C. hizo lo propio en el campo de O´Donnell. El tercero reflejó un increíble 6-6 en el marcador con prórroga incluida y en el último se impuso el club merengue por 4-2, encuentro que la prensa de Barcelona al día siguiente criticó con severidad. En el duelo por el título con sede en el Camp del carrer Industria no hubo color y el Athletic tras batir en cuatro ocasiones a Teus alzó el trofeo.

En 1917 los merengues retornaron a la Copa después de conseguir el Campeonato Regional y en esta ocasión la historia fue distinta. Se deshicieron de Sevilla y F.C. España en cuartos y semifinales respectivamente y en la final el adversario fue el Arenas de Getxo. La directiva blanca quería jugar en Vigo, pero los jugadores con Teus a la cabeza que escribió un manifiesto preferían la Ciudad Condal pese al ambiente caldeado del año anterior. Finalmente los futbolistas se salieron con la suya y el duelo se celebró en el Camp del carrer Industria, donde el Madrid F.C. conquistó la Copa tras un choque de desempate y brillante actuación de su arquero. En 1918, en su última campaña defendiendo el marco blanco Teus disputó otra final de Copa pero el Real Unión les impidió revalidar el título. Pocas fechas más tarde una grave lesión le hizo colgar las botas de manera definitiva.

Su vida posterior siguió ligada al fútbol en la faceta de cronista deportivo y seleccionador. Cubrió los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920 para “El Imparcial” y luego también trabajó en “El Sol”,  en “España” de Tánger, Radio Nacional de España o La Voz de Madrid. La oportunidad en la parcela técnica surgió tras la Guerra Civil cuando el puesto estaba vacante en la Selección española. La Federación le ofreció el puesto de seleccionador a él y como entrenador contrató al mítico Ricardo Zamora. Su principal labor sería reconstruir un equipo que ya no contaría con importantes jugadores de antes de la Guerra como Lángara, Luis Regueiro, Cilaurren o Iraragorri. Se estrenó el 12 de Enero de 1941 ante Portugal en Lisboa (2-2) dando la alternativa entre otros a Epi, Oceja, Gabilondo, Campos o Escolá. En total permaneció seis partidos hasta que fue destituido a mediados de 1942 después de una contundente derrota contra la Italia de Valentino Mazzola y Silvio Piola. En la época se rumoreó que fue el Delegado Nacional de Deportes el General José Moscardó el artífice de aquel fulminante despido. Sin embargo Teus había sido reconocido por su buena labor y además de las estadísticas de 3 victorias, 2 empates y el desastre ante la “Azzurra”, renovó un conjunto roto con savia nueva como Martorell, Germán, Machín, Mundo, Mariano Martín o Emilín García.

A continuación retomó su actividad como cronista deportivo y empezó a escribir para el diario YA. Realizaba las crónicas de los encuentros del Real Madrid y con el cuadro blanco viajó a Bilbao para la sexta jornada de la Liga en la campaña 1961-1962. En la tribuna de San Mamés observó el buen juego madridista que se adelantó muy pronto con un gol de Di Stéfano. Teus escribía a lápiz los detalles del encuentro hasta que Tejada anotó el segundo para el Real Madrid mediada la segunda mitad. En ese momento una angina de pecho le hizo caer ante su bloc de notas. Un médico que se encontraba cerca le atendió y con la ayuda de algunos colegas periodistas le trasladaron a la enfermería. Los intentos de reanimación fueron en vano y Eduardo Teus murió con las botas puestas. Al mismo tiempo que los aficionados leones abandonaban “La Catedral” tras presenciar el triunfo madridista por 0-2, en los aledaños de la sala de curas varios amigos del antiguo seleccionador lloraban su pérdida.

“Diecinueve minutos. La internada de Gento. El pase atrás. Y lo clava Tejada” fueron sus últimos apuntes de una crónica inconclusa que no pudo firmar. Por entonces era el socio número 10 de la entidad merengue.

 
   

sábado, 16 de mayo de 2015

Luis Cubilla "El monstruo de Paysandú"

Futbolista y entrenador de leyenda. El charrúa logró en cinco ocasiones la Copa Libertadores (tres como jugador y dos como técnico) y jugó en los dos grandes de su país, Peñarol y Nacional. Además también militó en River Plate y tuvo una breve aventura en Europa en las filas del F.C. Barcelona. Nacido el 28 de marzo de 1940 en Paysandú (Uruguay), se desempeñaba como extremo o delantero. Jugador de muchos recursos y enorme talento, poseía un fabuloso dribbling y una gran habilidad que le hacía imprevisible para los zagueros rivales. En el panorama futbolístico se le conoció como el Negro o el Monstruo.

Con el equipo nacional charrúa
Las primeras patadas a un esférico las dio en su ciudad natal y en las filas de Colón. Allí pasó la mayoría de su juventud donde además también jugaba en ocasiones al baloncesto. Con 17 años se incorpora a Peñarol y al principio es un habitual del conjunto de 5ª División. Sin embargo asciende con celeridad y debuta con el primer equipo en 1957, previo paso por el cuadro reserva del conjunto manya. 
A partir de ahí se erigió como una figura en ciernes que explotó todo el fútbol que llevaba dentro. En 1958 y 1959 levantó sus dos primeros Campeonatos uruguayos y en 1960 además de revalidar el título fue campeón continental. El Peñarol de los Maidana, Gonçalves, Spencer o Borges venció a Jorge Wilstermann, San Lorenzo y Olimpia y se retó con el Real Madrid en la Copa Intercontinental. Sin embargo los merengues fueron superiores y alcanzaron la primera edición del nuevo título.
La campaña siguiente la entidad carbonera consiguió un histórico triplete al aventajar en 3 puntos a Nacional en la Liga, coronarse de nuevo campeón de la Copa Libertadores tras vencer a Palmeiras en la final por un global de 2-1 y doblegar al Benfica de Eusebio en la Copa Intercontinental. Cubilla vio terminada una época en 1962 y después del Mundial decidió aceptar la oferta del F.C. Barcelona y fichar por el club catalán. En la ciudad condal se encontró con los Fusté, Pereda, Garay, Ré, Kocsis y Segarra  pero apenas contó con regularidad y partidos para demostrar su valía. Disputó quince encuentros entre Liga y Copa de Ferias y logró tres dianas, dos contra el Estrella Roja y una ante el Córdoba. El cuadro culé se proclamó campeón de Copa al imponerse al Real Zaragoza pero Cubilla al ser extranjero no pudo jugar ningún choque de la competición. Al inicio del curso 63-64 el nuevo entrenador César siguió sin confiar en él y después de jugar cinco duelos ligueros y perforar la red del Atlético de Madrid hizo las maletas con destino River Plate.
Con los millonarios recupera parte de la confianza perdida y muy pronto se convierte en uno de los preferidos de la hinchada. Tiene como compañeros de vestuario a Carrizo, Gatti, Roberto Matosas, Oscar Más u Onega pero desafortunadamente es una época de sequía en la entidad porteña. Su entrenador el mítico Renato Cesarini se enamora de su juego y en más de una ocasión declaró que era el mejor extremo de todo el continente. Pasa en Buenos Aires cuatro grandes años en los que firma 31 tantos en 130 partidos y en 1969 ficha por Nacional de Montevideo.
Con su llegada Nacional comenzó una época de gran dominio en Uruguay que duró cuatro cursos y además se trasladó al continente. Manga, Ubiña, Montero Castillo, Espárrago o Artime también formaron parte de una plantilla que conquistó cuatro Ligas consecutivas y una Libertadores y una Intercontinental. En la competición sudamericana derrotó a Peñarol, Palmeiras o Universitario y Estudiantes de la Plata en la final y en el torneo para dilucidar al mejor conjunto del planeta doblegó al Panathinaikos de Puskás.
Con 34 años y en la parte final de su carrera firmó un año Santiago Morning de Chile aunque en 1965 volvió a su país para retirarse en la disciplina de Defensor Sporting. Su despedida no pudo ser más perfecta al colgar las botas nada más proclamarse campeón nacional con el club violeta, que había superado en la clasificación a los dos grandes y sus ex-equipos Peñarol y Nacional.


Peñarol 1961
River Plate 1968
F.C. Barcelona 1963
Uruguay 1969
Defensor 1976
Nacional 1971

Con la Selección uruguaya fue internacional en 38 ocasiones marcando once tantos, en un periodo comprendido entre 1959 y 1974. Se estrenó el 2 de mayo de 1959 en un amistoso contra Paraguay que la celeste perdió por 1-3. Aquella tarde se despidió del equipo nacional Juan Hohberg y además también debutó el arquero Luis Maidana. Un año más tarde jugó en la Copa Atlántica frente Argentina donde cayeron por 4-0 y en 1961 disputó los dos encuentros de clasificación para el Mundial de Chile ante Bolivia. En La Paz firmaron tablas con una diana suya y en Montevideo el triunfo por 2-1 les dio el pase a la Copa del Mundo.
Antes del torneo el cuadro charrúa se vio las caras en varios amistosos con selecciones de gran nivel como la URSS, Chile, Hungría, Argentina o Alemania Occidental. Cubilla se había convertido en un fijo y elevó su cuenta goleadora en los choques ante chilenos y soviéticos. El técnico Juan Carlos Corazzo le incluyó en la lista del Mundial y allí participó en dos de los tres partidos de la liguilla. Uruguay compartió grupo con la URSS, Yugoslavia y Colombia pero no pudo acceder a cuartos. En la primera jornada con el Negro en la cancha doblegaron a los cafeteros por 2-1 y además él hizo el primer tanto del choque. En el siguiente encuentro no jugó y el conjunto 'plavi' les venció con claridad y para la última jornada, donde se jugaban la clasificación, Cubilla regresó a la alineación pero la URSS se llevó el triunfo en los instantes finales.
Su salida de Peñarol para marcharse a España y luego a Argentina le tuvo casi siete años sin enfundarse la camiseta celeste, justo hasta que regresó a Nacional en 1969. En junio en varios duelos amistosos semanas antes del inicio de la calificación para México 1970 retornó al equipo. Primero ante Inglaterra en Montevideo y luego en sendos encuentros contra Perú y Colombia. Ya en julio dio comienzo la liguilla en búsqueda de un billete para el Mundial con Ecuador y Chile como adversarios. Cubilla era uno de los fijos del esquema junto a Rocha, Ubiñas, Mazurkiewicz, Cortés o Montero Castillo y la celeste acabó comandando la tabla con 7 puntos. Todos sus partidos se contaron por victoria salvo en Santiago y de esta forma confirmaron su presencia en el torneo más prestigioso del mundo.
En tierras aztecas la fortuna les emparejó en el grupo con Italia, Suecia e Israel. Juan Hohberg alineó a Cubilla en los dos primeros choques donde Uruguay se deshizo de Israel por 2-0 y empató con la 'azzurra' a cero. En la última jornada un tanto postrero de Grahn les condujo a la derrota ante Suecia y por ello finalizaron segundos. En cuartos en la capital jugaron contra la URSS de Khurtsilava, Shesternyov o Bishovets. A Cubilla los soviéticos no le traían buen recuerdo de Chile pero esta vez la historia fue diferente. Tuvieron que jugarse 120 minutos tras la igualada en el tiempo reglamentario pero una diana de Espárrago a poco del final certificó la victoria. El hueso que esperaba en semifinales fue el Brasil de Pelé, Jairzinho, Rivelino o Gerson. El Monstruo el miedo en el cuerpo a la verde-amarela cuando el minuto 19 batió a Felix tras un disparo suave y colocado palo largo. La primera parte de la celeste fue magnífica pero un gol de Clodoaldo en el 44 hizo que al descanso se llegase con empate. En la segunda mitad Brasil fue muy superior y los hombres de Hohberg quedaron fuera de la final. Tres días más tarde en la lucha por el tercer y cuarto puesto Alemania Occidental les derrotó y abandonaron México con un agrio sabor de boca.
En 1973 Cubilla logró su único título con el equipo nacional al lograr Uruguay la Copa Lipton. El partido ante Argentina en Buenos Aires concluyó 1-1 pero por la regla del conjunto visitante los charrúa se llevaron la antigua competición. Sólo dos meses después ya se vieron inmersos en la calificación para el siguiente Mundial, el de Alemania. Cubilla era uno de los veteranos del plantel pero aún figuraba como uno de los baluartes. Disputó los cuatro encuentros ante Colombia y Ecuador aunque en esta ocasión los uruguayos sufrieron más que otras veces para ganar el pasaporte mundialista. Comenzaron con visitas a Bogotá y Quito donde sumaron tres puntos, tras el empate en Colombia y la victoria en Ecuador. Sin embargo en Montevideo perdieron sorprendentemente ante los colombianos y ello obligó a imponerse a Ecuador en casa en la última jornada.
El Mundial alemán supuso la despedida de Cubilla del equipo nacional. El grupo era muy potente con todos los rivales europeos, Países Bajos, Bulgaria y Suecia. El delantero de Nacional inició el torneo como titular pero los neerlandeses con un gran Cruyff y Rep que hizo doblete les aguaron el debut. En la segunda jornada Cubilla no fue de la partida ante Bulgaria donde se empató a uno y en el choque contra Suecia dijo adiós para siempre a la zamarra celeste. Uruguay no estuvo a la altura al caer por 3-0 y de esta forma también tuvo que tomar el avión de regreso a casa.

Olimpia Asunción 1979
Cubilla tras su etapa como jugador inició su labor como técnico en 1979 en la disciplina de Olimpia. El equipo capitalino era el vigente campeón nacional y con el charrúa en el banquillo siguió cosechando grandes éxitos. Se consiguió el título en la campaña de su debut. En 1979 Olimpia realizó una fantástica Copa Libertadores donde eliminó a Bolívar, Sol de América, Jorge Wilstermann, Guarani o Palestino y en la final se impuso a Boca por un global de 2-0. Aquel equipo en el que figuraban Roberto Paredes, Miguel Piazza, Evaristo Isasi, Enrique Villalba, Hugo Talavera u Osvaldo Aquino también conquistó la Copa Intercontinental en diciembre al doblegar a los suecos del Malmö por 0-1 en Suecia y 2-1 en el estadio Defensores del Chaco.
Con la llegada de los años 80 el mister uruguayo hizo las maletas con destino Newell´s Old Boys y Peñarol con el que ganó una Liga, aunque en 1982 regresó a Olimpia para alzar otro Campeonato paraguayo. Tras este triunfo realizó un peregrinaje por varios conjuntos en los cursos venideros. Atlético Nacional al que hizo campeón colombiano en 1983, River Plate o Nacional de Montevideo contaron con sus servicios hasta que regresó en una tercera etapa a Olimpia en 1988.
Al igual que en el primer periodo el trabajo de Cubilla fue extraordinario y de nuevo Olimpia reinó en su territorio y en Sudamérica. Primero se obtuvo la Liga en 1988 y 1989 y después la segunda Libertadores de la historia de la entidad. En esta ocasión superaron a partir de cuartos a  Universidad Católica y Atlético Nacional y vencieron en la final a Barcelona de Guayaquil por 3-1. Los líderes del equipo eran Jorge Guasch, Raúl Amarilla, el Loco González, Adriano Samaniego, Adolfo Jara o Fermín Balbuena aunque de la primera copa aún se mantenía el guardameta Almeida. A finales de año sin embargo no consiguieron redondear un año fabuloso al caer en la final de la Intercontinental con el Milan de Sacchi.
Posteriormente Cubilla se sentó en el banquillo de Racing antes de fichar por Olimpia de Asunción en 1995. Cinco años se mantuvo en los que amplió su palmarés con cuatro Campeonatos nacionales más en 1995, 1997, 1998 y 1999. Con el inicio del nuevo milenio entrenó a Cerro Porteño y Libertad y tuvo dos breves aventuras en Centauros de Villavivencio y Talleres de Córdoba.
En 2003 Olimpia llevó a sus vitrinas la Recopa Sudamericana nada más retornar Cubilla al ganar por 2-0 a San Lorenzo de Almagro gracias a los goles de Hernán López y Enciso. Los últimos años de vida como técnico los vivió entre el Comunicaciones de Guatemala, el Barcelona de Guayaquil, el Colegio Nacional de Iquitos de Perú, el Tacuary de su país y dos etapas más en Olimpia, retirándose en el año 2012.

El 3 de Marzo de 2013 falleció a los 72 años víctima de un cáncer gástrico.

lunes, 11 de mayo de 2015

La Copa Eva Duarte

La Supercopa de fútbol de España se celebra cada año desde 1982 y enfrenta al campeón de Liga con el campeón de la Copa de S.M. el Rey. La competición que se creó tras la propuesta del presidente del F.C. Barcelona José Luis Núñez, no fue la primera de estas características que se disputó en territorio español, ya que con anterioridad existieron cuatro precedentes, la Copa de Campeones, la Copa de oro “Argentina”, la Copa Presidente Federación Española de fútbol y la Copa Eva Duarte.

La Copa Eva Duarte es el torneo inmediatamente anterior a la actual Supercopa y tuvo su origen en 1947. Auspiciada por la RFEF tuvo una duración de siete años y fue bautizada con ese nombre porque el trofeo fue donado por Eva Duarte, mujer del presidente argentino Juan Domingo Perón. El campeón de Liga y el campeón de la Copa del Generalísimo se enfrentaban para dilucidar al supercampeón nacional aunque en aquella época el sistema era a partido único (salvo que finalizase en tablas).

La Copa Eva Duarte





El Atlético festeja el título de 1951

La primera edición tuvo como participantes al Valencia (campeón de Liga) y al Real Madrid, vencedor del torneo del KO. Se vieron las caras en Chamartín y el cuadro merengue se impuso por 3-1 gracias a dos tantos de Ipiña y uno de Macala, mientras que el gol ché fue obra de Seguí. Los valencianistas por entonces tenían un plantel muy potente en el que destacaba Puchades y una delantera fantástica formada entre otros por Amadeo, Mundo y Asensi. Por su parte el equipo blanco no pasaba por su mejor época ya que el dinero de la entidad fue destinado a la construcción del nuevo estadio y los fichajes pasaron a un segundo plano. Aún así en su equipo figuraban jugadores importantes como el defensa Corona, el capitán Ipiña o los atacantes Chus Alonso y Alsúa.

En 1948 llegó el primer título del F.C. Barcelona que se impuso por la mínima al Sevilla. El escenario del partido fue el estadio de Mestalla en Valencia y el conjunto culé alzó el título tras un solitario tanto de Josep Seguer. Kubala no figuraba todavía en la plantilla barcelonista pero el equipo de la Ciudad Condal era claro dominador del panorama nacional a finales de la década de los 40. En el Sevilla permanecían aún jugadores importantes que habían logrado la Liga en 1946 como Busto, Joaquín, Alconero, Campos o los delanteros Arza y Araujo, que no fueron de la partida en el choque de la Copa Eva Duarte.

La temporada siguiente el F.C. Barcelona volvió a luchar por el trofeo aunque esta vez la historia fue diferente y cayó con rotundidad ante el Valencia. El duelo se celebró en el estadio Metropolitano y fue uno de los más bonitos que dejó esta competición. Unos meses antes ambas escuadras se habían enfrentado en semifinales de Copa donde el Valencia apeó a los culés tras un global de 5-4. Por tanto los blaugranas buscaron resarcirse en la Copa Eva Duarte pero de nuevo el equipo dirigido por Jacinto Quincoces se hizo con la victoria. Al final de los 90 minutos reglamentarios el marcador reflejaba un empate a cuatro, con triplete de Seguer incluido. En el tiempo extra un fabuloso Igoa con dos dianas y un gol de Fuentes a poco del final dieron la primera y única Copa Eva Duarte al Valencia.


El embajador argentino saluda a los jugadores valencianistas en el año 1947

En la edición de 1950 fue el Athletic Club la institución que inscribió su nombre en el palmarés del trofeo. Su rival fue el vigente campeón de Liga el Atlético de Madrid y por primera vez tuvo que disputarse un choque de desempate, después de que el 12 de Octubre en Chamartín igualasen a cinco tantos en una gran tarde del ariete colchonero Pérez Payá (firmó un hat-trick). Tres semanas más tarde se repitió el duelo en el mismo coliseo y en esa ocasión los leones liderados por un Zarra bigoleador obtuvieron el triunfo por 2-0. Los bilbaínos alinearon a cuatro de los cinco integrantes de la delantera mítica, Iriondo, Venancio, Zarra y Gaínza y un eje defensivo con Lezama, Canito y Garay que fue fundamental en la victoria. Mientras que en el otro bando se notó la baja de Ben Barek que no pudo acompañar a sus socios en la “Delantera de cristal” Juncosa, Pérez Payá, Carlsson y Escudero, siendo su sustituto el balear Mascaró.

El Atlético de Madrid no tuvo que esperar mucho tiempo para poder conseguir el título que se le resistió la campaña anterior y en 1951 fue a parar a sus vitrinas. Disputó la competición de nuevo como vencedor del campeonato doméstico y enfrente tuvo al ganador de la Copa del Generalísimo, el F.C. Barcelona. Chamartín acogió el partido donde los pupilos de Helenio Herrera se impusieron a los culés por 2-0. El sueco Carlsson al poco del inicio y Escudero en la segunda mitad certificaron el triunfo ante un conjunto barcelonista en el que no fue alineada su estrella Kubala.

Las dos últimas ediciones del trofeo debieron celebrarse en 1952 y 1953, pero al conquistar el doblete de Liga y Copa el F.C. Barcelona de los Ramallets, Segarra, Kubala, César o Basora se dio automáticamente como ganador al cuadro blaugrana.


Palmarés

 F.C. Barcelona                 3 (1948, 1952, 1953)
 Real Madrid                     1 (1947)
 Valencia CF                     1 (1949)
 Athletic Club                   1 (1950)
 Atlético de Madrid           1 (1951)


César celebra el tanto que dio al F.C.Barcelona el trofeo en 1948

sábado, 9 de mayo de 2015

Florian Albert “Mister elegancia”

Miembro del “one-club men”, al desarrollar toda su carrera en el Ferencvaros, este futbolista húngaro pertenece a la generación posterior de los Puskas, Bozsik, Kocsis o Czibor. Ganó el Balón de Oro en 1967 y hasta la fecha es el único magiar en haberlo conseguido. Nacido el 15 de septiembre de 1941 en Hercegszántó (Hungría), se desempeñaba como delantero. Futbolista fino, elegante y creativo, estaba dotado de un gran cambio de ritmo, una formidable visión de juego y mucho olfato de gol. En el mundo futbolístico fue conocido como “El Emperador”.

Su familia se mudó a Budapest poco después de morir su madre y un día acudió a una jornada de captación de jóvenes talentos por parte del Ferencvaros. Allí los técnicos del club vieron su potencial y con celeridad le ofrecieron entrar a formar parte de las categorías inferiores. Poco a poco fue subiendo en los diferentes conjuntos de la cantera hasta que le llegó la oportunidad de debutar en el primer equipo un 2 de noviembre de 1958 ante el Diosgyor. Albert se estrenó con un doblete e inició una carrera hacía el estrellato.
Sin embargo los trofeos a nivel general por parte del Ferencvaros tardaron un tiempo en llegar. No fue hasta la década de los 60 cuando se habían incorporado jugadores como Novak, Varga o Juhasz, el momento en que comenzó una etapa de dominio en su país. Albert que en 1960 y 1961 (también lo sería en 1965) se había erigido máximo goleador de la Liga con 27 y 21 tantos respectivamente, pudo levantar su primer Campeonato doméstico en el curso 62-63 tras superar en la tabla al MTK.
Desde ese instante acumularon tres Ligas más en los años 1964, 1967 y 1968 y conquistaron un prestigioso título continental a nivel de clubes, la Copa de Ferias en 1965. El delantero de Hercegszántó comandó a su equipo a la final después de derrotar en las fases anteriores al Spartak de Brno, Wiener Sport-Club, Roma, Athletic Club y Manchester United. Albert perforó las redes rivales en cuatro ocasiones aunque no pudo repetir en la final, donde se impusieron a la Juventus con un solitario gol de su compañero Fenyvesi.
Dos años después rozaron de nuevo la proeza de obtener la Copa de Ferias pero en esta ocasión tras deshacerse del Real Zaragoza, el Liverpool o el Athletic de Bilbao, sucumbieron en la gran final con el Leeds de Don Revie y capitaneado por Billy Bremner.
La llegada de los 70 trajo un bajón de nivel y de juego en el Ferencvaros y en un Florian Albert que rozaba los 30 años y acababa de superar una grave lesión. En dos temporadas apenas superó las 12 dianas aunque hubo un repunte en el curso 1971-1972. Logró 15 tantos en Liga que no sirvieron para conseguir el título pero en cambio aquella campaña alzó uno de los pocos trofeos que le faltaba en su palmarés, la Copa húngara. Tras un torneo muy igualado se presentaron en una final en la que doblegaron al Tatabanya por 2-1, el segundo a poco del final obra suya.
El título les dio acceso a participar en la Recopa del año siguiente pero su paso fue muy breve al caer en la segunda eliminatoria con claridad frente al Sparta de Praga. La carrera de Albert tocaba a su fin y aunque disputó unos pocos encuentros de la temporada 1973-1974 optó por colgar las botas. Para la historia queda su liderazgo sobre el terreno de juego, la adoración que le tenía la hinchada de las ‘Águilas verdes’ y unas extraordinarias estadísticas con el club de su vida de 256 tantos en 351 encuentros oficiales.


Hungría 1966
Ferencvaros 1972
















En el equipo nacional húngaro disputó 75 encuentros, logrando un total de 31 dianas. El recuerdo de los “Magíares Mágicos” continuaba presente aunque en la década de los 60 Hungría siguió cosechando buenos resultados. Hizo su debut en un amistoso ante Suecia en 1959 y el oficial fue unos pocos meses más tarde en un partido de clasificación para la Eurocopa de 1960, donde cayeron por 0-1 frente a la URSS.
Sus primeros goles tuvieron como víctima al combinado yugoslavo de los Beara, Sekularac o Zebec al que marcó un hat-trick en un choque amistoso que concluyó con victoria magiar. Ya iniciados los 60 participó en la calificación para los JJOO de Roma y con cuatro tantos guió a su Selección a obtener el billete por delante de Austria y Checoslovaquia.
En los Juegos realizaron un buen torneo llegando a alcanzar la medalla de bronce. En la primera fase el delantero de Hercegszántó consiguió cinco tantos y Hungría lideró el grupo D. Sin embargo en semifinales se vieron sorprendidos por Dinamarca que les dejó fuera de la final después de doblegarles por 2-0. Tres días más tarde pudieron eso si marcharse de la capital italiana con buen sabor de boca al vencer a los anfitriones en el duelo por la tercera plaza.
El siguiente objetivo de Albert y la Selección húngara estaba muy claro, acudir al Mundial de Chile de 1962. En la clasificación lucharon con la RDA y los Países Bajos que no pusieron mucha oposición. Albert solo jugó dos partidos y marcó un tanto pero los magiares con siete puntos se ganaron el billete a Chile. Allí el punta fue el líder del equipo dirigido por Lajos Baroti.
Sus adversarios no eran nada sencillos y el debut resultaría complicado ante la Inglaterra de Moore, Charlton o Greaves. Pero Albert cuajó una gran actuación junto a los veteranos Grosics o Tichy y derrotaron a los ‘pross’ por 2-1. La siguiente jornada apabullaron a Bulgaria por 6-1 con un hat-trick del delantero del Ferencvaros y al estar ya clasificados el técnico le dio descanso contra Argentina. En cuartos se cruzaron con un viejo conocido, Checoslovaquia, que en un duelo muy igualado les apeó de la competición por la mínima. Albert pese a la pronta eliminación pudo erigirse como uno de los máximos artilleros del torneo con 4 goles.
A finales de 1962 dio comienzo el camino para poder participar en la Eurocopa de 1964. En la ronda preliminar se deshicieron claramente de Gales y en la primera fase hicieron lo propio con la RDA. La cosa parecía complicarse en cuartos con Francia pero la gran victoria en Colombes con un gol de Albert y dos de Tichy allanó el choque de vuelta. En Budapest también vencieron y de este modo certificaron su pase a la fase final con sede en España. En las semis precisamente el rival fueron los anfitriones. La primera parte fue de claro dominio hispano pero en la segunda Hungría mejoró y tras los 90 minutos hubo empate. En el tiempo extra un tanto de Marcelino mandó a Hungría al partido por el tercer lugar. Allí se impusieron por 1-3 a Dinamarca y dejaron España con una alegría.
A mediados de los 60 Albert era un joven pero experimentado y maduro jugador. La generación de futbolistas húngaros no era comparable a la anterior de Puskas o Kocsis pero disfrutaba de mucho talento en las botas del propio Albert, Bene, Matrai o Farkas. Para el Mundial de Inglaterra dejaron fuera a la RDA y Austria cediendo solo un empate. En suelo inglés les esperaba en la liguilla Portugal, Brasil y Bulgaria. El debut fue malo y los lusos que tenían un plantel brillante les ganaron por 3-1. El partido frente a Brasil se tornaba decisivo para las aspiraciones húngaras. Y ahí Albert y sus compañeros dieron la talla con un triunfo vital. Luego también se impusieron a Bulgaria y pasaron a cuartos. En Sunderland se vieron las caras con la URSS, una de sus bestias negras, que les mandó de vuelta casa después de un intenso encuentro.
En los dos siguientes grandes torneos a nivel internacional Hungría no consiguió la clasificación. Para la Eurocopa de 1968 pasaron con solvencia el grupo pero en cuartos la URSS les remontó en Moscú un 2-0. Y en la calificación de México 70 un desempate con Checoslovaquia en Marsella al empatar a puntos en la liguilla les dejó fuera del Mundial.
Regresaron con fuerza en la Eurocopa de 1972, con nuevos jugadores como Ku, Balint, o Juhasz en el combinado nacional dirigido por Baroti. Albert tenía 31 años y no era tan regular como antaño pero en la fase final celebrada en Bélgica disputó ambos encuentros. En semifinales, otra vez la URSS les impidió llegar a la final tras imponerse por la mínima en Bruselas. Su destino era la lucha por el tercer puesto que en esta ocasión se les escapó al caer contra Bélgica. Este sería el último choque oficial de la carrera de Albert que en 1974 se despediría de la Selección magiar en un amistoso contra Yugoslavia en Székesfehérvár. 

Durante unos años entrenó en Libia al Al-Ahly Benghazi, concretamente entre 1978 y 1982 y unos meses en 1985. Poco después volvió a casa y al equipo de su vida, el Ferencvaros, para desempeñarse como director técnico, entrenador de la cantera y presidente de honor de la entidad capitalina.



En 2007 el Ferencvaros puso su nombre al estadio donde juega sus encuentros y cuatro años más tarde, un 31 de octubre de 2011, uno de los mejores delanteros de la historia del país falleció víctima de unos problemas cardíacos.