lunes, 3 de diciembre de 2012

Annibale Frossi "El ala tornante miope"


Uno de los casos más curiosos en la historía del fútbol lo protagonizó Frossi, aquejado de miopía desde que era niño jugó durante toda su carrera con gafas, algo que no impidió una brillante trayectoria. Además suya es una de las frases que ha pasado a la posteridad en el deporte rey: "El partido perfecto es el que termina 0-0". Nacido en Muzzana de Turgnano, provincia de Udine (Italia) el 6 de Agosto de 1911, fue un extremo derecha (ala tornante en italiano) veloz y oportunista, con gran capacidad atlética y dotado de un potente y preciso disparo. 
Comenzó su trayectoria en el fútbol profesional con el Udinese en 1930, llegando a jugar ocasionalmente como delantero centro y convirtiéndose en uno de los jugadores emergentes esa misma temporada. Contribuyó a lograr el ascenso a la Serie B y a permanecer en la categoría la campaña siguiente. En agosto de 1931 ficha por el Padova con el objetivo de ascender a la Serie A y lo consiguen tras finalizar en segunda posición sólo por detrás del Palermo. Tras dos años en el equipo "biancorossi" donde marca 10 goles en 47 partidos es requerido para hacer el servicio militar en Bari y es traspasado al conjunto de la región de Apulia. Firma 12 tantos en 30 encuentros y retorna al Padova a principios de 1935 pero no evita con sus 14 dianas el descenso a la Serie C. En verano de ese mismo año conoce en el barco Saturnia a Adelchi Serena presidente del L´Aquila, que le hace una oferta con el objetivo de ascender a la máxima categoria del calcio italiano y Frossi acepta, pero los resultados no son tan buenos como esperaban y terminan en 9ª posición de la tabla. A pesar de lograr una de las cifras más bajas de su carrera al anotar 9 goles le llega el desafío más importante de su carrera, es traspasado por 50.000 liras a la Associazione Sportiva Ambrosiana-Inter (actual Inter de Milán) conjunto en el que jugó desde 1936 a 1942. Allí gana la Liga en dos ocasiones, la primera en la campaña 1937-1938 al aventajar a la Juventus en dos puntos y la segunda en la temporada 1939-1940 tras quedar por delante del Bolonia. Además conquistan la Copa de Italia de 1939 tras vencer al Novara en la final por 2-1, el segundo tanto obra de Frossi mediada la primera parte. Eran una gran squadra llena de magníficos jugadores como el mítico Giuseppe Meazza, Pietro Ferrari, Giovanni Ferrari, Ugo Locatelli o Atilio Demaría. El bagaje de Frossi en la entidad interista fue de 147 partidos y 49 dianas. Después jugaría una temporada en el Pro Patria (1942-1943) en plena Segunda Guerra Mundial y colgaría las botas en 1945 con 34 años en el Como.
Con la Selección de Italia jugó un total de 6 partidos logrando 8 goles. El entrenador Vittorio Pozzo le descubrió cuando militaba en la Serie B y le convocó para los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 en una azzurri llena de jugadores debutantes. El experimento no pudo ir mejor, consiguieron la medalla de oro y además Frossi se erigió en máximo goleador del torneo con 7 tantos.  Firmó el gol decisivo en el primer partido contra Estados Unidos (1-0), marcó un hat-trick en la victoria ante Japón por 8-0, en semifinales ante Noruega anotó un tanto en la prórroga que les dió el triunfo por 2-1 y en la final frente a Austria (2-1) logró convertir las dos dianas, incluida una en el tiempo extra que les convirtió en Campeones Olímpicos. Tras los Juegos fue convocado para un encuentro de la Selección B ante Austria en 1937 que acabó con victoria transalpina por 3-2 y vistió por última vez la zamarra del combinado nacional en un amistoso ante Hungria en 1937 a la que vencieron por 2-0 con un gol suyo.

Después de dejar el fútbol en activo trabajó unos meses en Alfa Romeo y a partir de 1946 empezó su labor en los banquillos. Dirigió al Luino de 1946 a 1948 y posteriormente durante una campaña al Mortara. En 1949 fichó por el Monza, donde permaneció durante cuatro campeonatos ganando la promoción a la Serie B en 1951. Dimitió en noviembre de 1953 y aceptó la oferta del Torino manteniéndose hasta 1956 y logrando la salvación del equipo en la Serie A. Al finalizar la temporada recibe la llamada del presidente del Inter Angelo Moratti y junto con Luigi Ferraro se hacen cargo del conjunto nerazzurri. Los resultados y el juego no son los esperados y tras 23 partidos son destituidos y les reemplaza Giusseppe Meazza. En 1958 el Genoa le contrata para intentar salvar al equipo del descenso y lo consigue al finalizar en 12ª posición. Su siguiente club es el Nápoles en 1959, impone unas teorias muy defensivas que no son del gusto ni de la directiva ni de la afición y sólo entrena al equipo hasta mediados de octubre cuando es cesado en el cargo. Regresa en 1960 a un Genoa relegado a la última posición con 0 puntos por comportamiento antideportivo. Inicia la siguiente campaña en Serie B con el objetivo de ascender pero los pobres resultados le llevan a ser despedido en marzo de 1961 tras caer derrotados en casa 1-2 por la U.S Alessandria. Tras más de un año y medio parado le llama el Módena antes de la Navidad de 1962 con el propósito de evitar el descenso de categoría. Les mantiene en Serie A tras quedar décimo segundos y se gana la confianza para iniciar la temporada 1963-1964 en el banquillo. Las cosas no marchan tan bien como meses atrás, es despedido en febrero de 1964 y finalmente el Módena desciende de división. Su ultima aventura tiene lugar en la Triestina en 1965 en Serie B donde quedan penúltimos en la tabla y Frossi pone fin a su carrera como técnico. A partir de 1974 trabajó en la BBC como reputado comentarista y escribía con frecuencia artículos para el diario La Stampa. 
  
Falleció en Milán debido a una neumonía en 1999 a los 87 años de edad.

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